Nace el poema
en el verso roto
de las entrañas abiertas
del alma desnuda
sin mera vergüenza
a ninguna rima
ni a la lectura inquisitiva
de la mirada perpleja
del que ojea sin pasión
porque el poeta nace
con la dicha de ser
golpe de inspiración.
Irma Ariola Medina ©
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