Tengo el regalo de la vida
y me desprendo a golpe de dolor
de todo lo que no me conviene.
A mucha gente le han partido el
corazón
y estoy llorando la pena de los
amores.
¡Brindo por los que son puros!
Ya está la luna llena en mi playa
la acompaño en la
madrugada.
Me guiña el ojo
mientras,
le hablo de ti…
¡Ay, mi musa y compañera del
alma!
Nada ni nadie puede cortar lo que
siento
ni tan si quiera, las tijeras.
Irma Ariola Medina ©
Fotografía sin retoque: IAM