jueves, 28 de febrero de 2013

CLAMOR DE UN PUEBLO SUFRIDO


Si se arrastra la belleza de los corazones nobles,
si se destrozan los hogares con la impotencia ,
si se suicidan por el desenfreno de las desigualdades
escupo  la hipocresía de los que toleran las injusticias.

Si se desata el pánico entre el vértigo del dolor
no me duele el cuerpo, me duele el alma
al romper en medio del silencio el clamor del pueblo
censurado  por los corruptos  abominables.

Si me escondo en mi retiro,
todo será en vano,  ante el clamor
de la que vende su cuerpo para vivir,
del que sufre sin tener comida,
del que no tiene para sus medicinas
ante la impotencia de una desidia sin salida.

Recitaré en las calles por tu agonía,
¡no permitas que te cieguen con su dictadura!,
no temas y no quiero cantar al viento sino a la libertad
de tantos que mataron sin piedad.


©  Irma Ariola Medina Cuevas, 2013





domingo, 24 de febrero de 2013

¡VIVE LIBRE DE ATADURAS!


Quien te desprecia, no se aprecia.

Quien te odia, no se ama ni te ama.

Quien te humilla, está hundido en sus propias sombras.

Quien te juzga es su propio verdugo.

Quien no te merece, no te traicionará
y  si lo hace aprenderás a perdonar y olvidar.

Quien mora en el amor,
no pierde su tiempo con rencor,
 el peor contaminante del alma
y  el peor enemigo de uno mismo. 

Quien más te teme, más te envidia.

Quien   más te odia, más se  necesita.

Quien  menos  te esperas, te sorprende en la vida.

Pero el silencio es el lenguaje de la almas que avanzan sin temor  soltando el letargo de la armadura superflua que nos envuelve, nublando la mente y el corazón con el rencor, el mayor contaminante para el mismo.  No busques la respuesta ni esperes cambios en los demás, simplemente mora en el Amor transcendiendo los revulsivos de la tempestad de la vida siendo agua cristalina en la inmensidad del océano de tu alma.

No puedo describir nada porque todo es sencillo y complejo.  La vida nos enseña a través de los golpes fuertes a no permitir que nos arroyen nuestra dignidad en la misma.

 La dignidad es el sello que llevamos grabado en el alma para ser libres y si se pierde, se cae en el abismo de la oscuridad de las propias tinieblas.

El tiempo no se detiene, no lo pierdas, cada segundo de tu vida se desliza por tus manos en la inmensidad de la gran escuela de la misma y la belleza de sentir la dicha de amar y ser amado.

El Amor, el silencio, la observación y dejar fluir el ser en la vida es una declaración de sentirse vivo.

¡VIVE LIBRE DE ATADURAS!


©  Irma Ariola Medina Cuevas, 2013

Nº 31 Revista SoyMujer Febrero‏