Subiré la montaña mientras disfruto de tu belleza mujer,
me deleito en la respiración, en tu dulce sonrisa
mis fuerzas salen de mis entrañas,
gracias a la vida por sentir la nueva brisa.
me deleito en la respiración, en tu dulce sonrisa
mis fuerzas salen de mis entrañas,
gracias a la vida por sentir la nueva brisa.
Quisiera rozar tus labios,
deslizar mis manos por tu bello cuerpo,
abrazarte y sentirnos en un mismo astro.
Beber el manantial de tu fuente,
embriagarme hasta el estruendo.
Sentirte, deslizarte y vibrar abrazadas
mientras la melodía se reitera.
deslizar mis manos por tu bello cuerpo,
abrazarte y sentirnos en un mismo astro.
Beber el manantial de tu fuente,
embriagarme hasta el estruendo.
Sentirte, deslizarte y vibrar abrazadas
mientras la melodía se reitera.
Mujer, eres la mejor obra de arte
de la partitura de la vida,
nos lanzamos desde el vacío al todo;
de amor nace esta hoguera que nos abraza,
en cada despertar reiremos al sentir.
nos lanzamos desde el vacío al todo;
de amor nace esta hoguera que nos abraza,
en cada despertar reiremos al sentir.
Me desnudaré de mis miedos,
saltaré del abismo hasta abrazarnos.
Escalaré la cima con fortaleza,
el sol me abrirá la puerta de mi corazón
para seguir latiendo estos sentimientos vivos
al escucharte vibrar hasta el infinito.
saltaré del abismo hasta abrazarnos.
Escalaré la cima con fortaleza,
el sol me abrirá la puerta de mi corazón
para seguir latiendo estos sentimientos vivos
al escucharte vibrar hasta el infinito.
Del poemario inédito “ Náufraga en tu piel”
© Irma Ariola Medina Cuevas.
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