jueves, 21 de junio de 2012

JUNTAS BEBIENDO LA DROGA DE LA QUÍMICA




Amo ciega en la secuencia de la vida,
recito en la escala de las cuerdas de tu guitarra,
toco todas, rozo tus trastes,
en la locura que fue ávido placer saborearlas,
entre sábanas empapadas con mi instrumento.

Salto con  mi pecho acelerado
hasta tu infinito centro,
enlazo tus suaves piernas,
enciendes mi volcán en erupción
mientras el valle me abrasa,
náufraga en la cama entre descargas,
me sostienes hiperestésica  hasta  llegar a la melodía.

Me transporto al umbral de éxtasis,
todo lo mio te lo entrego, sin límites,
viajo en el silencio en la frecuencia del delirio.
Tu aventura, tenerme
mi dicha, sentirte,
juntas bebiendo la droga de la química.

Cierro las ventanas de la ceguera,
me callo, te espero
hasta poder ver la claridad
de tu belleza inmortal.
Mujer llena de desenfreno,
eres como una hoguera
y nos quemamos entre las llamas
transformadas en leña viva.

Medito el placer que te doy,
el que me das en tu sabia juventud,
en mi primavera sexual.
Entre sudores vibran nuestras piernas,
siento tu lengua resbalando mis entrañas,
mis uñas acarician tu espalda
y este cuerpo queda lleno de recuerdos
en el espejo de la pasión de tu indomable desenfreno.


© Irma Ariola Medina Cuevas.

Del poemario inédito: Naufraga en tu piel







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