martes, 22 de octubre de 2013

ENTRE TU PIEL Y LA MÍA

Entre tu piel y la mía: un instante,
un soplo de vida en el desierto,
un vago recuerdo difuminado
un deseado oasis tras el largo baldío,
una pena transmutada al viento.

 Entre tu piel y la mía,
una dulzura aprendida en mi sonrisa,
un anhelado susurro,
un beso sellado en mi cuello, eres la
puerta de entrada al firmamento.

 Entre tu piel y la mía,
un abrazo eterno fundido en la nada,
versatilidad cuántica en la sabia del ser
y el apocalipsis es el crespón de la noche,  tu eres
 el dolor de mi alma partida.

Entre tu piel y la mía,
corazón arrancado al vacío,
 lágrimas recorren mis mejillas,
que fueron secadas al sol,  
donde se oculta el odio.

Se perdieron en mi mente.

Entre tu piel y la mía,
renace mi sonrisa en este santiamén,
en la perífrasis acoplada en mi verso
en el refrán aprendido en mi letanía,
 en la mentira tragada a sorbos
en el llanto sin consuelo alguno.

 Entonces,
 camino firme en mi batalla,
ignoro tu llamada en las sombras
peregrina de paso en la desidia,  
y romper el corazón; esa tarea fácil
enmendarla es indemnizar la síntesis,
y recomponer el suplicio bebido,
a sorbos sin medida en la copa
 y vacía por el desamor,
llena por el dolor
desbordada en la lejanía,
y descolgada en la escalada mientras,
presumes de amar en la vida.

 Entre tu piel y la mía,
 una suave despedida:
 adiós.

© : Irma Ariola Medina





                                                                 Óleo: Emilio Moreno.


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