No regreso al andén del olvido
miré tus sombras en cada vagón,
tu fantasma se dibujó en la estación
y ave de paso soy…
Nació mi corazón roto,
apertura de mi amor
la escalada fue hermosa,
mas no mereces un segundo
entre los andenes disipados,
ya mi vagón partió de tu vida
en el recuerdo se quedó tu amor
era líquido oscuro destilando sangre,
a borbotones de mi pobre corazón
y gritaste en el silencio
y no oí tu voz.
Te fuiste dormida en el olvido,
entre las musas del desencanto
lágrimas sacian mi rostro,
conjugo mi dicha de ganar
perífrasis en el éxtasis
dentro de mi ya no vives.
Se murió la huella de tu pisada
la borró el viento en la arena,
sólo vi una ligera brisa nueva
y me enseñó los rayos de sol
entre el desierto transitado.
Irma Ariola Medina
Pintura: La miel es más dulce que la sangre- Salvador Dalí
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