Olvidar lo doloroso es la antesala a la libertad, es la
alfombra de la vida, abierta a la espera de ser instante de paz en cada
experiencia de la misma. No te transforma las circunstancias, si no las
formas de afrontarlas y la entereza es vital para sobrellevar cualquier batalla
en medio del revulsivo de los tiempos que vivimos. Si la mente la dominas
encaminada a ser leal y positiva en tu existencia, transitarás en el camino de
las espinas que no duelen, si no que con astucia aprenderás a no picarte en las
mismas.
Mujer, sé siempre fuerte, eres la belleza de ser tal cual
eres, un ser único e irrepetible. Nada
se compara a ti y todo eres tú porque somos ese trozo de color en el lienzo de
la vida. Nadie mejor que tu conoce tus limitaciones pero recuerda que eres
capaz de llegar a donde te propongas porque las mujeres guerreras no se dejan
influenciar por las críticas, los desánimos ajenos, ni propios, y la virtud que
nos une es que somos lo suficientemente fuertes para ser totalmente portadoras
de conocimientos, creatividad y valores
con todas las personas que nos relacionamos. Estamos dispuestas a no dejarnos
vencer por los que creen que un mundo mejor es una utopía, al contrario,
trabajamos con la sororidad la manera de unir fuerzas enredándonos en el
hermoso árbol de la vida donde los frutos son nuestras habilidades, cualidades
, experiencias, amor y todo lo que tenemos de positivo para dar. Estamos lo
suficientemente capacitadas para aportar mucho a la sociedad sin ser
discriminada en puestos donde sólo han estado los hombres. Somos lo
suficientemente inteligentes para llevar una empresa, la casa, la familia y la
vida con el intelecto, fuerzas y espíritu de luchadora en la batalla de la vida.
No merecemos las sobras si no lo que nos pertenece, y no tengas miedo de dar el
paso de decidir lo que quieres porque con voluntad conseguiremos alcanzar la
cima de ser valoradas con la equidad que nos pertenece sin menospreciar a los
hombres. Somos y debemos ser fuertes por sí mismas, sin la necesidad de
separarnos entre nosotras por lo digerido durante años de historia. Al
contrario, estamos en tiempos donde si nos unimos seremos más fuertes para
empoderarnos, unirnos en red y conseguir puestos que llevamos años
reivindicando para no perderlo dada la situación actual donde nuestros derechos
están siendo vulnerados, arrebatados para llevarnos a estar como hace tantos
años en la casa sumisa.
La igualdad será posible, cuando se tome conciencia de
que nadie es más que nadie, si no todos necesarios en la sinfonía de la
orquesta. Cada instrumento debe sonar a su manera y todos son indispensables
para que suene bien en armonía.
La
única esclavitud es la libertad.
© Irma Ariola Medina Cuevas, 2013.
© Irma Ariola Medina Cuevas, 2013.
Precioso. Muchas gracias por compartirlo. Un saludo desde la isla de enfrente.
ResponderEliminarGracias y saludos.
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