Tus manos atadas,
tu corazón partido,
tu único error amar a tu hija,
y por ello te juzgan.
No temas madre de corazón
que la vida te dará la ilusión
y Dios te ayudará ante la injusticia
siendo maltratada sin imparcialidad,
pero tus gritos se oyen en la eternidad.
¡Cuánto dolor en tu interior!
No más gritos...
que te suelten las cadenas,
que liberen tu alma
por siempre, hermosa amada,
seas madre entregada.
Que nadie te quite la paz,
y seas fuerte ante la adversidad.
¡Pidamos todos juntos gritando la libertad,
ante tanto sufrimiento en la oscuridad!
La luz se encenderá
y los corazones tocarán,
las puertas te abrirán
y tu hija te amará
hasta la eternidad,
por el inmenso amor
de un corazón lleno de dolor,
pero desprendiendo ingenuidad.
tu único error amar a tu hija,
y por ello te juzgan.
No temas madre de corazón
que la vida te dará la ilusión
y Dios te ayudará ante la injusticia
siendo maltratada sin imparcialidad,
pero tus gritos se oyen en la eternidad.
¡Cuánto dolor en tu interior!
No más gritos...
que te suelten las cadenas,
que liberen tu alma
por siempre, hermosa amada,
seas madre entregada.
Que nadie te quite la paz,
y seas fuerte ante la adversidad.
¡Pidamos todos juntos gritando la libertad,
ante tanto sufrimiento en la oscuridad!
La luz se encenderá
y los corazones tocarán,
las puertas te abrirán
y tu hija te amará
hasta la eternidad,
por el inmenso amor
de un corazón lleno de dolor,
pero desprendiendo ingenuidad.
CREO EN EL AMOR
© : Irma Ariola Medina Cuevas
EDICIONES CARDEÑOSO
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