Calle
ancha llena de adoquines
transita
el transeúnte con firmeza
pasos
acelerados ante el temor
de la huida de sus sombras
todo
lo que le sostiene es una brizna
permanecen intactas
las huellas
el
desasosiego en la fuga se disipa
a
medida que recorre la vía
la
soledad se apodera de ella
su
mente vaga en los recuerdos
golpes
de su marido la conmueven
sus
gritos son eco en su corazón
roto
por el desamor de un ser vil
pide
ayuda al 112
lleva
en su vientre un niño
su
voz tiembla a la llegada
teme
la muerte como aliada
se
abandona a la ayuda de su suerte
la
acogen y la esconden de su agresor
todo
huele a miedo
mientras,
el
misterio es resolver las tentaciones
unidas
a su mente
le
tienden la mano en su pavor
una
amiga la abraza al dejarla
la
ocultan en una casa de acogida
nadie
es testigo de su desgarro.
Irma Ariola Medina ©
Fotografía: Google
No hay comentarios:
Publicar un comentario